POLITICA CON MINUSCULAS

Ayer pasé por el congreso, como os adelantaba en este blog y mantuve reuniones con representantes de los armadores que envían al índico sus barcos. La verdad es que vivimos una jornada agridulce. Positiva porque trabajamos en favor de algo que considerábamos justo y lo hicimos con rigor y entusiasmo. Negativo, porque al final las cosas no salieron bien. Frente a los argumentos, frente a las razones jurídicas, económicas y materiales que avalaban la propuesta de los atuneros, nos encontramos con una cerrazón incomprensible. No se nos escuchó. La decisión estaba tomada y vivimos una de esas jornadas en las que se pensó más en los intereses pequeños que en los generales. Una jornada de política con minúsculas.

De todos modos me quedo con lo positivo. Los armadores van a seguir y nosotros con ellos. Para empezar, la próxima semana tenemos comisión de pesca en el Parlamento europeo. Los responsables del operativo de protección Atalanta nos va a explicar como va y contarnos las previsiones de extensión de las operaciones a otras áreas de la zona. En la intervención que tuve en el pleno la semana pasada recordé que la resolución sobre la piratería aprobada por la eurocámara el ano pasado reconocía que no se había tenido en cuenta la flota pesquera en el diseño.   Por eso volveré a llevar allí la expresión de inquietud de un sector que se merece otro trato.

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